A pesar de que el machismo en México
no es un tema nuevo en el país, es interesante darse cuenta de la existencia de
mujeres que se siguen absteniendo a lo que el hombre dice. Si bien, en muchas
partes del territorio aún existen comunidades sumamente machistas, en lugares
donde se podría pensar en la eliminación de ese tipo de pensamiento, sigue
prevaleciendo. Es más, en mujeres con estudios y con una educación no expuesta
a ese tipo de pensamiento, se presenta ese tipo de relación.
Es frustrante darse
cuenta que a pesar de la difícil situación que se vive hoy día en la sociedad,
existan hombres que sigan asegurando que una mujer no tiene ninguna razón por
la cual trabajar dado que por eso se caso con él. En cuanto contraen matrimonio,
piensan en ella como si prácticamente pasara a ser de su “propiedad” y enseguida
se tiene que ocupar de las únicas actividades que, según él, tiene que realizar:
estar en casa con los hijos, atenderlo a él y la limpieza del hogar, no más.
Peor aún, es que haya
mujeres que crean eso, no importa si de solteras estudiaron, trabajaron, se
valieron por sí mismas, incluso si tienen más preparación que ellos. Los hombres les repiten tantas veces lo que “tienen que
hacer”, que terminan por creérselo. Renuncian a sus sueños, se vuelven
conformistas, dependientes de ellos en todos los sentidos y a expensas de
estirar la mano para cubrir no sólo sus necesidades, sino cualquier otro gasto,
incluso recreativo.
A veces, no sirve de nada
habar con ellas, están muy convencidas de la normalidad de esa situación y por
esa razón no aceptan consejo alguno. Es más fácil terminar con un sentimiento
de frustración, enojo e impotencia a hacerlas entrar en razón y lograr que
acepten lo equivocadas que están.
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