Debido a lo que se conmemora el
viernes santo, en el lugar donde vivo se realiza la representación de las
catorce estaciones que realizó Cristo antes de ser crucificado. El pueblo aún
es muy arraigado a las tradiciones y es por eso que año con año se lleva a cabo
estas actividades con ayuda de toda la gente. Las familias piden en la Iglesia
que sus casas sean tomadas en cuenta para representar cada una de las
estaciones. Desde muy temprano, las calles comienzan a ser decoradas por toda
la gente con todo tipo de materiales: papel, globos, listones, todos morados y
blancos.
A las 11:00 a.m. comienza el viacrucis
en las lindes del pueblo y mientras más avanza la procesión, más gente comienza
a congregarse, desde los adultos mayores hasta niños que son acompañados por
sus padres y a quienes se es enseña esa tradición para que la sigan llevando a
cabo en años posteriores. A la 1:00 p.m. más o menos, termina el recorrido de
las catorce estaciones en el centro del pueblo, donde se encuentra la Iglesia.
Es en ese momento cuando la masa de
gente corre a la plaza para tomar una bolsa de agua que han preparado los
mayordomos para saciar la sed de las personas que recorrieron todo el
viacrucis. Es una tradición muy bonita y a pesar de que en los últimos años ha
habido algunos cambios en ella, aún se sigue celebrando con la participación de
todos, sin importar la edad.
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